05/05/2025
La comunidad y el restaurante La Cabaña colaboran para introducir variedades hortícolas tradicionales en la región en alta gastronomía
Llevan a cabo un proyecto de cocina para culturas y cultura agrogastronómica e innovación, para recuperar y reintroducir variedades olvidadas que dejaron de cultivar y comercializar hace décadas.
Las semillas utilizadas pertenecen al Banco Imida Geroplasma, que transmite más de 15,000 especies, una fuente de diversidad genética que contribuye a la mejora de los cultivos y se adapta a los nuevos desafíos.
La imagen de la consejera Sara Rubira con el chef Pablo González Conejero en el Laboratorio de Laboratorio
0. Ambos llevan a cabo un proyecto de cooperación para el cultivo agrogastronómico e innovación.
La ministra Sara Rubira participó en la ceremonia de apertura del «Laboratorio de Vivienda» del restaurante La Cabaña, donde se cultivan estas variedades tradicionales de Murcia. Dijo que «será un espacio para la experimentación y las pruebas reales, para promover la innovación gastronómica y la recuperación de variedades tradicionales en la región olvidada Murcia y creará nuevos productos para satisfacer al consumidor».
Rubira enfatizó que «este laboratorio vivo permitirá que la mesa viva una experiencia única en el desarrollo de embarcaciones que no estén disponibles en el mercado, recuperando diferentes sabores, cualidades, texturas, colores y cualidades nutricionales».
Esta colaboración pone valor y da a conocer las actividades llevadas a cabo por IMIDA y su banco germinal, tanto en el campo de la preservación como en el desarrollo de nuevas variedades, para favorecer al mercado local, cultivar agrodiversidad y el desarrollo de productos sostenibles.
Laboratorio vivo
Para desarrollar esta actividad durante todo el año, el restaurante La Cabaña ha instalado un invernadero de vidrio donde crecen las variedades tradicionales de Imida Germoplasma. En él, las culturas de diferentes variedades con oficios coexistirán, lo que le permitirá estar en contacto con las culturas tradicionales que probarán más adelante durante la experiencia culinaria, así como conocer el origen y las características específicas de cada una de las variedades.
En las espinacas del «Laboratorio de vida» y el Olivarjo Chard, Red Chard, Black Zanaht, Black, Lorca Guards, Tomato de la Arboleja, Gypes, Pepper Cow, Caricas del Lord, Benablón o Berenjena ciezana, entre otras especies, serán generados. Además, se incluirán especies salvajes comestibles (colegas, Lizón, Caterpillar o Camarroja) y plantas aromáticas (salvia o romero).
A medida que avanza el proyecto, se introducirán otras variedades, ya sea por su interés en la gastronomía o por la necesidad de cultivar y regenerar una cierta variedad con riesgo de desaparición.
Divulgación
El Banco Germinal de Imida Comarer más de 15,000 registros de diferentes especies, que representan una valiosa fuente de diversidad genética que puede contribuir a la mejora de las culturas y adaptarse a los nuevos desafíos agronómicos y climáticos. Sus objetivos son coordinar y gestionar el uso, preservación, mantenimiento y caracterización de geroplasmas, así como facilitar su uso de agricultores e investigadores.
Desde 2018, ha estado trabajando con Pablo González Conejero (restaurante La Cabaña) con el objetivo principal de recuperación, selección e incorporación en su elaboración gastronómica de la región y contribuyendo a la preservación y aumento de la variabilidad de la especie cultivada.
Esta colaboración está destinada a valorar y anunciar las actividades llevadas a cabo por IMIDA, para esto, se llevarán a cabo presentaciones gastronómicas y demostraciones, mostrando posibles usos culinarios y promoviendo el consumo de productos locales; capacitación y talleres informativos; y publicaciones técnicas y variedades, entre otras.
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