Por Redaccion 
La Plaza de los Apostoli se convirtió en el epicentro de este tributo, transportando a los participantes en el siglo XIII con desfiles, espectáculos y una escena impactante que recordó los eventos que tuvieron lugar en 1266, cuando el monarca aragonés tranquilizó a la región después de la renuncia de Mudejar.
La Plaza de los Apostoli, ubicada en el corazón de la ciudad, fue testigo de un evento histórico que transportó a los presentes directamente al siglo XIII. Los desfiles y espectáculos que tuvieron lugar en este emblemático lugar revivieron los sucesos de 1266, cuando el monarca aragonés jugó un papel crucial al calmar la región tras la renuncia de Mudejar.
La atmósfera en la Plaza de los Apostoli era palpable, con una escenografía impactante que sumergió a los asistentes en la historia viva de la región. Los participantes se vieron envueltos en una recreación detallada de los eventos que marcaron un punto de inflexión en el siglo XIII, recordando la valentía y la determinación del monarca aragonés en tiempos tumultuosos.
Este tributo no solo honró el pasado histórico de la región, sino que también sirvió como recordatorio de la importancia de la unidad y la paz en momentos de incertidumbre. La Plaza de los Apostoli se convirtió en un espacio de reflexión y celebración, donde la comunidad pudo unirse para conmemorar un capítulo significativo de su historia.
Los desfiles que recorrieron la plaza evocaron la grandeza de la época medieval, mientras que los espectáculos ofrecieron una visión única de la vida en el siglo XIII. Los asistentes se sintieron transportados en el tiempo, inmersos en un ambiente que combinaba la nostalgia por el pasado con la emoción del presente.
En resumen, la Plaza de los Apostoli se erigió como un monumento vivo a la historia de la región, recordando a todos la importancia de preservar las tradiciones y valores que han moldeado su identidad a lo largo de los siglos.